QUE ES UN DIABLO COJUELO
El Diablo Cojuelo es un personaje legendario de la tradición Española. Es un diablo el cual NO es maligno si no jugueton, a este se le ve como «el espíritu más travieso del infierno», siendo tal el caso que fue arrojado del infierno por sus propios colegas demonios y diablos.
Estos mismo para deshacerse de él, se lo dieron en un trato a un astrologo el cual lo tenia encerrado en una vasija de cristal. Este mismo fue inventor de danzas, musica de caracter satirico.
El Diablo cojuelo era un angel y fue uno de los primeros en sublebarse contra la orden celestial y causar rebelion, este fue el primero en ser expulsado del cielo, junto con sus otros compañeros, los cuales todos le calleron encima al ser expulsados del cielo al infierno y esto causo que se le rompiera una pierna y lo dejaron cojo (de ahy la palabra (cojuelo)), pero solo es cojo, pero tambien es muy rapido al desplazarse y agil.
Casi en todos los carnavales al rededor del mundo su personaje central es un diablo, pero el nombre varia dependiendo la zona, pero un aditamento unico que lo caracteriza, son sus sonoros cascabeles y campanas
Estos mismo para deshacerse de él, se lo dieron en un trato a un astrologo el cual lo tenia encerrado en una vasija de cristal. Este mismo fue inventor de danzas, musica de caracter satirico.
El Diablo cojuelo era un angel y fue uno de los primeros en sublebarse contra la orden celestial y causar rebelion, este fue el primero en ser expulsado del cielo, junto con sus otros compañeros, los cuales todos le calleron encima al ser expulsados del cielo al infierno y esto causo que se le rompiera una pierna y lo dejaron cojo (de ahy la palabra (cojuelo)), pero solo es cojo, pero tambien es muy rapido al desplazarse y agil.
Casi en todos los carnavales al rededor del mundo su personaje central es un diablo, pero el nombre varia dependiendo la zona, pero un aditamento unico que lo caracteriza, son sus sonoros cascabeles y campanas
Quien lo hizo famoso para 1641, fue el escritor Dramaturgo Luis Velez de Guevara, en su obra ( El Diablo Cojuelo) que es una satira a las costumbres de la epoca en castilla, antes de esa obra ya se utilizaba la palabra Diablo Cojuelo y se utilizaba frecuentemente entre 1602 y 1608, en varios dichos populares de la epoca y hasta canciones. Se dice que este nombre tiene origen a principios del siglo XVI
El Vejigazo
Segun la tradicion, El diablo verdadero se asusta con su propia imagen y se esconde dentro de una persona normal sin disfraz y sin mascara, el diablo cojuelo mediante vejigazos, purifica el alma y libera del diablo a los civiles. El vejigazo es totalmente inofensico y se hace tradicionalmente con una vejiga de vaca.
Los diablos cojuelos sin vejigas NO son diablos completos, ya que la vejiga representa el arma de purificacion y tambien es una parte impresindible del disfraz.
En todas las partes del pais a exepcion, de la capital dominicana, Santo Domingo, los diablos golpean con una sola vejiga en los gluteos o espalda. En santo domingo se usa de una forma diferente ya se amarran varias vejiga de una soga y al final un palo de aproximadamente unas 12 pulgadas y este se utiliza de soporte para mas comodidad y se golpea a las personas con todas las vejigas juntas atadas en forma de ramillete de uvas y estos golpean por todas partes a las personas incluyendo la cabeza. Pero este vejigazo no es tan fiero o grotesco como suena y es hasta mas inofensivo y menos doloroso, que los demas pueblos pero mas sonoro. En la obra del Quijote de Migue Cervantes se describe un diablo cojuelo utilizando utilizando varias vejigas atadas a una soga y luego a un palo, haciendo bailes y golpeando la vejiga en el suelo, forma en la cual el diablo danza para atemorizar a las personas que los observan.
Los diablos cojuelos sin vejigas NO son diablos completos, ya que la vejiga representa el arma de purificacion y tambien es una parte impresindible del disfraz.
En todas las partes del pais a exepcion, de la capital dominicana, Santo Domingo, los diablos golpean con una sola vejiga en los gluteos o espalda. En santo domingo se usa de una forma diferente ya se amarran varias vejiga de una soga y al final un palo de aproximadamente unas 12 pulgadas y este se utiliza de soporte para mas comodidad y se golpea a las personas con todas las vejigas juntas atadas en forma de ramillete de uvas y estos golpean por todas partes a las personas incluyendo la cabeza. Pero este vejigazo no es tan fiero o grotesco como suena y es hasta mas inofensivo y menos doloroso, que los demas pueblos pero mas sonoro. En la obra del Quijote de Migue Cervantes se describe un diablo cojuelo utilizando utilizando varias vejigas atadas a una soga y luego a un palo, haciendo bailes y golpeando la vejiga en el suelo, forma en la cual el diablo danza para atemorizar a las personas que los observan.
JAB JAB O PRETY DEVIL (JAB JAB O DIABLO LINDO) DEL CARNAVAL DE TRINIDAD
Diablo cojuelo moderno del carnaval de Trinidad, Consta de Marabous, Flecos, Lentejuelas, espejos una capa, foete y demas aditamentos tradicionales y muy comunes en los diablos de casi todos los paises..
Foto Cortesia de Wonder of the World
Foto Cortesia de Wonder of the World
EL DIABLO COMO PERSONAJE RECURRENTE EN LOS CARNAVALES DEL CARIBE
Este ensayo literario llega a nuestras manos cortesia de un colaborador y fiel amante del carnaval (Miguel Rodriguez)
EL DIABLO: PERSONAJE RECURRENTE EN LOS CARNAVALES DEL CARIBE
Lancelot Cowie
University of the West Indies, Campus Trinidad.
Look de devil dey
Look de devil dey
Look de devil dey look de devil dey
And he grinning while he saying grace
Shaking up he tail in people face
Look de devil dey
Look de devil dey
The Mighty Penguin, 1979
El diablo que adoramos, no es el que trajo España
ni el que tentó al Maestro en el monte Tabor; el
nuestro es laborioso, él endulza la caña,
cosecha los maizales y perfuma la flor.
Ociel Gartner Restrepo, 1989
El carnaval como festival se remonta al pueblo sumerio y
egipcio alrededor del 5.000 A.C. La fiesta pasó a Roma donde
asumió un perfil cristiano y se extendió a Europa, llegando por
fin a América en los tiempos de la conquista.
Ian Isidore Smart (op.cit) rebate la noción de algunos estudiosos como Nina S. de
Freidemann que ponen el carnaval en el mundo grecoromano.
Lancelot Cowie
La presencia del diablo en el nuevo mundo como personaje carnavalesco data de 1535 cuando los feligreses y penitentes se
vestían de diablos para el juego de la cinta.
En Trinidad y Tobago este personaje maléfico toma la escena en el carnaval de 1847, según Charles Day, un visitante inglés a
la isla, quien describe la teatralidad y la coreografía que caracteriza a esta figura, precursora del jab-molassi:
The “primitives” were negroes nearly naked as might be be-daubed with a black varnish.
One of this gang held a long chain and padlock attached to his leg, which chain the others pulled.
The chained one was occasionally thrown down on the ground and treated with a mock bastinadoing; it probably represented
slavery.
Errol Hill, por otra parte, enumera sus diferentes manifestaciones artísticas:
Dressed in motley costumes ornamented with mirrors and tinkling bells, they carried long whips of plaited rope which they cracked
expertly as they danced through the streets singing “I come from hell, jab-jab, I know you well, jab-jab. So pay the debil, jab-jab”
What special relationship existed between the now defunct jab-jaband our East Indian brothers awaits further investigation.
The jab molassi or molasses devil was a different brand. He was usually played by a black man who wore only a pair of old swim-trunks
about his waist, a short wire tail, cow horns on his head, and carried a pitchfork. He was attended by one or two small boys who
provided his music by beating a fast tattoo upon empty tins. A notable characteristic that made this masquerade one of the
most abhorrent of the carnival is that his entire body was originally daubed with molasses which he threatened to rub on passersby
if they decline to pay him off. Molasses, a sugar cane product, used in this way may well have signified a symbolic, if unconscious
rejection of the experience of slavery.
La expresión más elocuente y vistosa del diablo se manifiesta en “The Devil or Dragon Band”, comparsa de dragones cuyo
momento cumbre fue en los 1900. Entre los personajes más destacados se encuentran los diminutos gnomos, príncipes
infernales, bestias con múltiples cabezas, figuras fantasmales de la muerte, Lucifer, Belcebú y un “Bookman”, secretario del
diablo quien registraba en su enorme libro los nombres de todos los pecadores merecedores del hades. Durante desfile por las calles
de Puerto España, los personajes de esta banda ejecutaban un baile singular cuando cruzaban los drenajes de agua en las esquinas de
la ciudad.
El diablo en el contexto contemporáneo mantiene casi fielmente las características originarias como se ve en Paramin, una
aldea en las afueras de Puerto España. Max Harris pormenoriza los elementos teatrales de la danza, cambiando el antiguo tambor
por un silbato de sonido agudísimo acompañado por gritos horripilantes, y del atuendo, usando ahora pantaloncillos cortos
con el cuerpo embadurnado de lodo azul u overalls y botas de goma.
Lo más distintivo en cuanto a efectos visuales es la fruta pulposa y roja que los diablos mastican durante su danza que al contacto con
la saliva simboliza la sangre chorreante de sus víctimas. Se observa que en el carnaval contemporáneo el Diablo perdió su caracterización terrorífica
tradicional dando paso a una personificación exageradamente embellecida, a la creación de un Diablo bonito vestido con lamé, seda y satén.
La novela de Earl Lovelace
The
Dragon can´t dance (1979, pp. 194 -5) proyecta
esta tendencia en la voz de uno de sus personajes, el sorprendido
Aldrick Prospect:
“Devil!” An exclamation jumped out of him. “You mean people
playing Devil again?” Maybe he had misread the signs. If people
were playing Devil [...] if they were expressing the wish to be Devil,
evil, powerful, then maybe a new spirit was rising again
[...].
“Two thousand strong,” he said.
Two thousand people playing Devil in Port of Spain. He smiled.
“Not real Devil, you know. Fancy Devil, with lamé and silk and satin. Pretty Devil.”
“Oh ho. I used to play a Dragon,” he said. “But it wasn´t pretty. It was a
real Dragon, with fire coming out the mouth and claws on the hands.”
La tradición del Diablo maléfico no desapareció totalmente porque en 1998 Dárcy (Johnnie) Lee lo resucitó con su banda
de seiscientos cincuenta integrantes “Recollection of the Blue Devils” ganadora del primer premio en el concurso carnavalesco de
Puerto España. Los disfrazados con cuatro colores distintos, rojo, azul, blanco y negro, llevaban cuernos, colas, tridentes y se
embadurnaron el cuerpo con un compuesto de bentonite, agua, vaselina y pigmentos. Los personajes principales fueron
Soucouyant, La Diablesse, Dragon, Imps, Bookman y Lucifer. La banda desfilaba al ritmo de los instrumentos de percusión,
unas latas de bizcochos pintadas de azul o rojo. El dinero recaudado durante la organización de la banda se donó a los desamparados
sin hogar y niños indigentes.
La figura del diablo ha servido de inspiración para muchos diseñadores contemporáneos de bandas quienes pasaron de la
visión cristiana de Satanás y del infierno a una más universal que simboliza la angustia, el vacío existencial, las lacras sociales
como la droga y la prostitución, y las influencias nocivas de culturas foráneas.
Algunas de las comparsas representativas de esta nueva tendencia conceptual son: Pinetoppers 1960 “One thousand and
One White Devils” (“Mil y un Diablos Blancos”), Roul Garib 1982
“The Sting” (“El Aguijón”), Showcase & Associates 1987
“When Hell Breaks Loose” (“Cuando explota el Infierno”), The Cloth
People 1992 “1492-1992:
The Caribbean between the Devil and the Deep Blue Sea” (“El Caribe entre el Diablo y el Profundo Mar Azul”).
Peter Minshall, el más destacado y controvertido diseñador trinitario de bandas teatralmente presentadas, ya en 1976
presentó “Paradise Lost” (“El Paraíso Perdido”) cuya figura central y novedosa fue la del Diablo alado. La versión de Minshall pasa
del Jab-Molassi tradicional a la del Demonio como Ángel caído, concepto que trabajará en años posteriores.
Cabe destacar que existen similitudes notables en la representación de esta figura en los carnavales de Güiria,
Santo Domingo, Riosucio, Oruro y San Pedro Xicayán el uso de pintura corpórea y máscaras aterradoras con cuernos prominentes.
En el contexto caribeño y latinoamericano, se ven huellas de la celebración del carnaval en el Callao (Estado de Bolívar),
Güiria y Oriente de Venezuela, con matices propios de su cultura y de la cultura originaria del carnaval de Trinidad. Por ejemplo,
las comparsas reúnen representaciones de los diablos, el juego de Camboulay, el calalu, los manaus, jouvert, el calypso y los steelbands.
En el carnaval de Güiria Angelina Pollak Eltz describe a los Diablos como
representaciones típicas del carnaval de Irapa, se visten con trajes
negros o negros/ rojos. Las máscaras de fabricación casera son
hechas modernamente de papel maché, cartón y madera, antiguamente
eran de arcilla. Algunos se adornaban con alas grandes de tela negra [...]
Sin embargo, las características y los conceptos locales de representación varían en creatividad según la cultura de la zona.
Los dominicanos celebran el carnaval disfrazándose de diablos y demonios con trajes de vistosos colores adornados por
espejos, cascabeles y otros accesorios. Uno de los aspectos más atractivos del traje carnavalesco lo constituye una gran máscara con
enormes cuernos representando demonios y/ o animales.
En el carnaval marcorisano las figuras relevantes (muy parecidas a los jab-jab trinitarios) son los Guloyas, diablos también
vestidos con trajes multicolores, adornados con espejos pequeños y capa amarilla y roja. Con sus vejigas de toro y fuetes, bailan
al compás de la flauta, el cencerro y la tambora.
Los Diablos Cojuelos de La Vega aparecen en forma definitiva en 1906. En esa fecha el traje se componía de
careta pectorales y ceñidores confeccionados con crin de caballo y pintura corporal que se
aplican como anillos alrededor de los brazos y piernas.
Se ha establecido que El Diablo Cojuelo es un personaje sacado de la novela El Quijote de la Mancha
en donde aparece la descripción de un diablo cuyo atuendo eran espejos, demoníaca, casaca holgada y capa larga,
además de la vejiga de vaca previamente curada. La tela era de colores rojo y amarillo con
cientos de cascabeles.
Es interesante notar que tanto el carnaval como el carácter del diablo, símbolos de la libertad sin bridas, también se
vieron sometidos al control y al dominio de la iglesia católica y de los regímenes dictatoriales bajo la apariencia de un falso
pudor.
Durante la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo se debía sacar licencia en el Ministerio del Interior y en la Policía para
salir a las calles. Se otorgaba un tiquete para colocarlo visiblemente sobre la espalda del danzante controlando así
la identidad del participante y el modo de disfrazarse. Además, por ley, estaba prohibida la vejiga de los diablos cojuelos.
No obstante, antes de la era trujillista, la iglesia de La Vega censuró el carnaval popular de influencia africana,
sentenciando a los disfrazados de diablo a estar veinticuatro horas fuera de la gracia de Dios.
Aunque el carnaval de Riosucio no pertenece al Caribe es pertinente explorar los contrastes de este personaje en
otros contextos culturales para realzar las tradiciones que se mantienen y rebasan la geografía.
En una interesante entrevista a dos autoridades de este carnaval, Aicardo y Omar Julián Pérez Trejos
afirman:
Nuestro diablo no es el diablo malo, ni es el satánico, ni es el diablo de los infiernos. Nuestro diablo es un diablo fiestero,
alegre, es un diablo lindo, es un diablo carnavalero. Quizá eso no lo entiende sino el riosuceño. Y el que viene a Riosucio, la
gente extraña cree que el diablo es uno solo; nosotros diferenciamos clarito, clarito, y nos quedamos con el diablo bueno.
Los participantes hacen reverencias al Diablo con saludos diversos que resaltan sus cualidades antes de su entierro o
volar con dinamita su figura para darle fin al carnaval.
El Diablo creado para la ocasión varía según las coyunturas, puede surgir entre misiles y armas atómicas y mantiene la
cascabeles, cuernos y vejigas. Según la versión popular, el Diablo Cojuelo era un demonio travieso y juguetón que colmó la
paciencia del mismo diablo y éste lo arrojó a la tierra, lastimándose una pierna al caer y quedando cojo.
Ver
Luz Marina Jaramillo (op.cit).
Por otra parte, el carnaval de Oruro en Bolivia reúne la tradición religiosa, muy arraigada, con Supay, el Diablo bueno
de la mitología andina. Además entra en escena su esposa, China Supay, quien baila una danza erótica para seducir al
arcángel Miguel. El baile de la Diablada que abre el carnaval de Oruro simboliza la lucha del bien contra el mal que es siempre
vencido.
Aunque el Diablo en el carnaval trinitario comenzó con un vestuario diseñado para inspirar terror durante su actuación
callejera, hoy en día se ha convertido en un personaje mucho más benigno y conceptual, como un
pretexto de jolgorio colectivo en las comparsas de jouvert o como un elemento de fantasía en las creaciones de los
artistas carnavalescos. Sin embargo, en América Latina parece que se ha arraigado en las tradiciones mestizas.
En Trinidad y Tobago la División de Cultura del gobierno está desarrollando talleres especiales con el objetivo de
resucitar el vestuario, la coreografía, la música y la puesta en escena tradicionales de este
mensajero del infierno para mantener el sentido original de la celebración del carnaval.
BIBLIOGRAFÍA
Alleyne-Dettmers, Patricia.
Jump.
Jump and play mass.
Ph.D Dissertation. UMI Services: University of Pensylvannia,
1993.
Chang, Carlisle.“Chinese in Trinidad Carnival” en
Drama
Review
42,
3 (T159), 1998, pp.213-219.
Friedemann, Nina S. De.
Carnaval
en Barranquilla. Bogotá:
La Rosa, 1985.
Harris, Max. “The impotence of Dragons. Playing Devil in Trinidad Carnival” en
Drama
Review 42, 3 (T159), 1998,
pp.108- 123.
Hill, Errol. “The History of Carnival”
Seminar
The Social and Economic impact of Carnnival.
ISER:
St. Augustine, Trinidad,
April, 1984, pp.8-39.
Jaramillo, Luz Marina. “De San Sebastián a la Candelaria:
escenario predilecto para el Carnaval” en
Antología
del Carnaval de
Para más detalles ver Otto Morales Benítez (op.cit).
Lancelot Cowie Riosucio.
Compilación.
Instituto Caldense de Cultura, 2001, pp.37- 58.
Lewis, Johan Newel.
Trinidad
Carnival. Nobody in his right mind.
Scope
Publications: Trinidad, 1974.
Lovelace, Earl.
The
Dragon can´t dance. London: Deutch, 1979.
Morales Benítez, Otto. “Influencia socio-cultural del Carnaval de Riosucio.
Facetas míticas del diablo del carnaval de Riosucio” en
Antología del Carnaval de Riosucio. Compilación.
Instituto Caldense de Cultura, 2001, pp.136-157.
Pollak-Eltz, Angelina e Isturiz, Cecilia.
Folklore y cultura en la Península de Paria (Sucre) Venezuela.
Caracas:
La Academia
Nacional de la Hisotoria, 1990.
Procope, Bruce. “The Dragon Band or Devil Band” en
Trinidad Carnival
a republication of the Caribbean Quaterly.
Trinidad Carnival Issue, vol 45, n° 384, 1956, pp.186-196.
Sánchez Beras, César. “La máscara de la dominicanidad” on line.
Schechner, Richard y Riggio Milla C. “Peter Minshal. A
voice to add to the song of the Universe” (Entrevista) en
Drama
Review
42, 3 (T159), 1998, pp.170-193.
Sevilla, Amparo. “La inversión ritual” en
Gaceta, n° 47,
mayo/ diciembre 2000, Bogotá, pp.226-234.
Smart, Ian Isidore. “El carnaval de Puerto España como expresión de la más nuera herencia cultural del continente africano”
en Gaceta, n° 47, mayo/ diciembre 2000, Bogotá,
pp.218-225.
EL LINK DEL ENSAYO LITERARIO TAL COMO SE PREPARO ESTA MAS ABAJO. Es formato PDF
http://iiecaribe.unicartagena.edu.co/seminarios/V_VI_Seminario/Memorias%20V%20VI%20PDF/Panel%20%20IDEOLOGIAS%20Y%20DISCURSOS/Autores/LANCELOT%20COWIE.pdf
EL DIABLO: PERSONAJE RECURRENTE EN LOS CARNAVALES DEL CARIBE
Lancelot Cowie
University of the West Indies, Campus Trinidad.
Look de devil dey
Look de devil dey
Look de devil dey look de devil dey
And he grinning while he saying grace
Shaking up he tail in people face
Look de devil dey
Look de devil dey
The Mighty Penguin, 1979
El diablo que adoramos, no es el que trajo España
ni el que tentó al Maestro en el monte Tabor; el
nuestro es laborioso, él endulza la caña,
cosecha los maizales y perfuma la flor.
Ociel Gartner Restrepo, 1989
El carnaval como festival se remonta al pueblo sumerio y
egipcio alrededor del 5.000 A.C. La fiesta pasó a Roma donde
asumió un perfil cristiano y se extendió a Europa, llegando por
fin a América en los tiempos de la conquista.
Ian Isidore Smart (op.cit) rebate la noción de algunos estudiosos como Nina S. de
Freidemann que ponen el carnaval en el mundo grecoromano.
Lancelot Cowie
La presencia del diablo en el nuevo mundo como personaje carnavalesco data de 1535 cuando los feligreses y penitentes se
vestían de diablos para el juego de la cinta.
En Trinidad y Tobago este personaje maléfico toma la escena en el carnaval de 1847, según Charles Day, un visitante inglés a
la isla, quien describe la teatralidad y la coreografía que caracteriza a esta figura, precursora del jab-molassi:
The “primitives” were negroes nearly naked as might be be-daubed with a black varnish.
One of this gang held a long chain and padlock attached to his leg, which chain the others pulled.
The chained one was occasionally thrown down on the ground and treated with a mock bastinadoing; it probably represented
slavery.
Errol Hill, por otra parte, enumera sus diferentes manifestaciones artísticas:
Dressed in motley costumes ornamented with mirrors and tinkling bells, they carried long whips of plaited rope which they cracked
expertly as they danced through the streets singing “I come from hell, jab-jab, I know you well, jab-jab. So pay the debil, jab-jab”
What special relationship existed between the now defunct jab-jaband our East Indian brothers awaits further investigation.
The jab molassi or molasses devil was a different brand. He was usually played by a black man who wore only a pair of old swim-trunks
about his waist, a short wire tail, cow horns on his head, and carried a pitchfork. He was attended by one or two small boys who
provided his music by beating a fast tattoo upon empty tins. A notable characteristic that made this masquerade one of the
most abhorrent of the carnival is that his entire body was originally daubed with molasses which he threatened to rub on passersby
if they decline to pay him off. Molasses, a sugar cane product, used in this way may well have signified a symbolic, if unconscious
rejection of the experience of slavery.
La expresión más elocuente y vistosa del diablo se manifiesta en “The Devil or Dragon Band”, comparsa de dragones cuyo
momento cumbre fue en los 1900. Entre los personajes más destacados se encuentran los diminutos gnomos, príncipes
infernales, bestias con múltiples cabezas, figuras fantasmales de la muerte, Lucifer, Belcebú y un “Bookman”, secretario del
diablo quien registraba en su enorme libro los nombres de todos los pecadores merecedores del hades. Durante desfile por las calles
de Puerto España, los personajes de esta banda ejecutaban un baile singular cuando cruzaban los drenajes de agua en las esquinas de
la ciudad.
El diablo en el contexto contemporáneo mantiene casi fielmente las características originarias como se ve en Paramin, una
aldea en las afueras de Puerto España. Max Harris pormenoriza los elementos teatrales de la danza, cambiando el antiguo tambor
por un silbato de sonido agudísimo acompañado por gritos horripilantes, y del atuendo, usando ahora pantaloncillos cortos
con el cuerpo embadurnado de lodo azul u overalls y botas de goma.
Lo más distintivo en cuanto a efectos visuales es la fruta pulposa y roja que los diablos mastican durante su danza que al contacto con
la saliva simboliza la sangre chorreante de sus víctimas. Se observa que en el carnaval contemporáneo el Diablo perdió su caracterización terrorífica
tradicional dando paso a una personificación exageradamente embellecida, a la creación de un Diablo bonito vestido con lamé, seda y satén.
La novela de Earl Lovelace
The
Dragon can´t dance (1979, pp. 194 -5) proyecta
esta tendencia en la voz de uno de sus personajes, el sorprendido
Aldrick Prospect:
“Devil!” An exclamation jumped out of him. “You mean people
playing Devil again?” Maybe he had misread the signs. If people
were playing Devil [...] if they were expressing the wish to be Devil,
evil, powerful, then maybe a new spirit was rising again
[...].
“Two thousand strong,” he said.
Two thousand people playing Devil in Port of Spain. He smiled.
“Not real Devil, you know. Fancy Devil, with lamé and silk and satin. Pretty Devil.”
“Oh ho. I used to play a Dragon,” he said. “But it wasn´t pretty. It was a
real Dragon, with fire coming out the mouth and claws on the hands.”
La tradición del Diablo maléfico no desapareció totalmente porque en 1998 Dárcy (Johnnie) Lee lo resucitó con su banda
de seiscientos cincuenta integrantes “Recollection of the Blue Devils” ganadora del primer premio en el concurso carnavalesco de
Puerto España. Los disfrazados con cuatro colores distintos, rojo, azul, blanco y negro, llevaban cuernos, colas, tridentes y se
embadurnaron el cuerpo con un compuesto de bentonite, agua, vaselina y pigmentos. Los personajes principales fueron
Soucouyant, La Diablesse, Dragon, Imps, Bookman y Lucifer. La banda desfilaba al ritmo de los instrumentos de percusión,
unas latas de bizcochos pintadas de azul o rojo. El dinero recaudado durante la organización de la banda se donó a los desamparados
sin hogar y niños indigentes.
La figura del diablo ha servido de inspiración para muchos diseñadores contemporáneos de bandas quienes pasaron de la
visión cristiana de Satanás y del infierno a una más universal que simboliza la angustia, el vacío existencial, las lacras sociales
como la droga y la prostitución, y las influencias nocivas de culturas foráneas.
Algunas de las comparsas representativas de esta nueva tendencia conceptual son: Pinetoppers 1960 “One thousand and
One White Devils” (“Mil y un Diablos Blancos”), Roul Garib 1982
“The Sting” (“El Aguijón”), Showcase & Associates 1987
“When Hell Breaks Loose” (“Cuando explota el Infierno”), The Cloth
People 1992 “1492-1992:
The Caribbean between the Devil and the Deep Blue Sea” (“El Caribe entre el Diablo y el Profundo Mar Azul”).
Peter Minshall, el más destacado y controvertido diseñador trinitario de bandas teatralmente presentadas, ya en 1976
presentó “Paradise Lost” (“El Paraíso Perdido”) cuya figura central y novedosa fue la del Diablo alado. La versión de Minshall pasa
del Jab-Molassi tradicional a la del Demonio como Ángel caído, concepto que trabajará en años posteriores.
Cabe destacar que existen similitudes notables en la representación de esta figura en los carnavales de Güiria,
Santo Domingo, Riosucio, Oruro y San Pedro Xicayán el uso de pintura corpórea y máscaras aterradoras con cuernos prominentes.
En el contexto caribeño y latinoamericano, se ven huellas de la celebración del carnaval en el Callao (Estado de Bolívar),
Güiria y Oriente de Venezuela, con matices propios de su cultura y de la cultura originaria del carnaval de Trinidad. Por ejemplo,
las comparsas reúnen representaciones de los diablos, el juego de Camboulay, el calalu, los manaus, jouvert, el calypso y los steelbands.
En el carnaval de Güiria Angelina Pollak Eltz describe a los Diablos como
representaciones típicas del carnaval de Irapa, se visten con trajes
negros o negros/ rojos. Las máscaras de fabricación casera son
hechas modernamente de papel maché, cartón y madera, antiguamente
eran de arcilla. Algunos se adornaban con alas grandes de tela negra [...]
Sin embargo, las características y los conceptos locales de representación varían en creatividad según la cultura de la zona.
Los dominicanos celebran el carnaval disfrazándose de diablos y demonios con trajes de vistosos colores adornados por
espejos, cascabeles y otros accesorios. Uno de los aspectos más atractivos del traje carnavalesco lo constituye una gran máscara con
enormes cuernos representando demonios y/ o animales.
En el carnaval marcorisano las figuras relevantes (muy parecidas a los jab-jab trinitarios) son los Guloyas, diablos también
vestidos con trajes multicolores, adornados con espejos pequeños y capa amarilla y roja. Con sus vejigas de toro y fuetes, bailan
al compás de la flauta, el cencerro y la tambora.
Los Diablos Cojuelos de La Vega aparecen en forma definitiva en 1906. En esa fecha el traje se componía de
careta pectorales y ceñidores confeccionados con crin de caballo y pintura corporal que se
aplican como anillos alrededor de los brazos y piernas.
Se ha establecido que El Diablo Cojuelo es un personaje sacado de la novela El Quijote de la Mancha
en donde aparece la descripción de un diablo cuyo atuendo eran espejos, demoníaca, casaca holgada y capa larga,
además de la vejiga de vaca previamente curada. La tela era de colores rojo y amarillo con
cientos de cascabeles.
Es interesante notar que tanto el carnaval como el carácter del diablo, símbolos de la libertad sin bridas, también se
vieron sometidos al control y al dominio de la iglesia católica y de los regímenes dictatoriales bajo la apariencia de un falso
pudor.
Durante la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo se debía sacar licencia en el Ministerio del Interior y en la Policía para
salir a las calles. Se otorgaba un tiquete para colocarlo visiblemente sobre la espalda del danzante controlando así
la identidad del participante y el modo de disfrazarse. Además, por ley, estaba prohibida la vejiga de los diablos cojuelos.
No obstante, antes de la era trujillista, la iglesia de La Vega censuró el carnaval popular de influencia africana,
sentenciando a los disfrazados de diablo a estar veinticuatro horas fuera de la gracia de Dios.
Aunque el carnaval de Riosucio no pertenece al Caribe es pertinente explorar los contrastes de este personaje en
otros contextos culturales para realzar las tradiciones que se mantienen y rebasan la geografía.
En una interesante entrevista a dos autoridades de este carnaval, Aicardo y Omar Julián Pérez Trejos
afirman:
Nuestro diablo no es el diablo malo, ni es el satánico, ni es el diablo de los infiernos. Nuestro diablo es un diablo fiestero,
alegre, es un diablo lindo, es un diablo carnavalero. Quizá eso no lo entiende sino el riosuceño. Y el que viene a Riosucio, la
gente extraña cree que el diablo es uno solo; nosotros diferenciamos clarito, clarito, y nos quedamos con el diablo bueno.
Los participantes hacen reverencias al Diablo con saludos diversos que resaltan sus cualidades antes de su entierro o
volar con dinamita su figura para darle fin al carnaval.
El Diablo creado para la ocasión varía según las coyunturas, puede surgir entre misiles y armas atómicas y mantiene la
cascabeles, cuernos y vejigas. Según la versión popular, el Diablo Cojuelo era un demonio travieso y juguetón que colmó la
paciencia del mismo diablo y éste lo arrojó a la tierra, lastimándose una pierna al caer y quedando cojo.
Ver
Luz Marina Jaramillo (op.cit).
Por otra parte, el carnaval de Oruro en Bolivia reúne la tradición religiosa, muy arraigada, con Supay, el Diablo bueno
de la mitología andina. Además entra en escena su esposa, China Supay, quien baila una danza erótica para seducir al
arcángel Miguel. El baile de la Diablada que abre el carnaval de Oruro simboliza la lucha del bien contra el mal que es siempre
vencido.
Aunque el Diablo en el carnaval trinitario comenzó con un vestuario diseñado para inspirar terror durante su actuación
callejera, hoy en día se ha convertido en un personaje mucho más benigno y conceptual, como un
pretexto de jolgorio colectivo en las comparsas de jouvert o como un elemento de fantasía en las creaciones de los
artistas carnavalescos. Sin embargo, en América Latina parece que se ha arraigado en las tradiciones mestizas.
En Trinidad y Tobago la División de Cultura del gobierno está desarrollando talleres especiales con el objetivo de
resucitar el vestuario, la coreografía, la música y la puesta en escena tradicionales de este
mensajero del infierno para mantener el sentido original de la celebración del carnaval.
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EL LINK DEL ENSAYO LITERARIO TAL COMO SE PREPARO ESTA MAS ABAJO. Es formato PDF
http://iiecaribe.unicartagena.edu.co/seminarios/V_VI_Seminario/Memorias%20V%20VI%20PDF/Panel%20%20IDEOLOGIAS%20Y%20DISCURSOS/Autores/LANCELOT%20COWIE.pdf